La desconfianza te debilita, te aísla, terminas desconfiando de todos. Entonces el verdadero mal TE LO HACES A VOS y no a los otros. Los otros te dejan solo, y solo sos más débil, y ahí SÍ te pueden atacar porque sos vulnerable. La desconfianza nos recluye, nos hace perder nuevos afectos y nos deja a la deriva.
A la deriva estás, y si no confías, no te relacionas y ahí sí, solo sos muy frágil..
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